Momentos delicados los vividos en Mieres, ciudad natal de Dolores Valdés, en los primeros meses de 1937. Al igual que en otras ciudades y pueblos de España, la sublevación del Ejercito Nacional, hizo que se tomaran drásticas medidas.
Así, en esta pequeña villa del Norte, se redactaron una serie de bandos a los efectos de reclutar el mayor numero de personas con el que complementar al Ejercito Popular de la Republica.
En fecha tres de marzo de 1937, el Alcalde Alfredo G. Peña, redacta el bando en el que se solicita con obligatoriedad y como deber social el trabajo en la retaguardia que habrá de desarrollarse con la máxima energía para llegar a la consecución de la victoria. A estos efectos todos los ciudadanos comprendidos entre los 18 y 45 años se proveerán de un certificado de trabajo que habrán de presentar cuando así les sea requerido. Si al serles requerido no pudieran hacerlo y estuvieran en lugares de diversión tales como, cabarets, bares, cafés, teatros o cines, serán detenidos y puestos a disposición de la autoridad gubernativa de la provincia.
Igualmente en fecha tres de mayo de 1937, el mismo Alcalde, emite el bando para llevar a cabo la ejecución del Decreto del Ministerio de la Guerra de fecha de Octubre de 1936 con la siguiente instrucción: Trabajo obligatorio de 60 horas en fortificaciones.
“… los ciudadanos comprendidos en edad de movilización, (20 a 45 años) que, sin excusa ni pretexto alguno, deberán hacer su presentación en la Alcaldía de e Barrio en que tengan fijada su residencia, dentro del plazo de tres días siguientes a la fecha de este Bando, al objeto de inscribirse en las listas abiertas por dichos funcionarios; bien entendido que, quien dejara de hacerlo, será debidamente sancionado, con arreglo al Código de Justicia Militar«.
Fuente imagen:
El español
Fuente documental:
Archivo Municipal de Mieres