Según recoge la Biblia (Lucas 4:24), parece que fue Jesús, quien acuñó las palabras que dan lugar al título de este pequeño agradecimiento y que a buen seguro, Dolores Valdés como atea convencida, poco o ningún caso haría a quien se le atribuye la autoría de este conocido refrán bíblico, aunque a veces tal afirmación y según que casos, parece cobrar todo el sentido.
La “memoria histórica” como concepto historiográfico, (Pierre Nora) tiene por finalidad la búsqueda de un pasado real o imaginario, valorándolo y tratándolo con especial respeto. Especial respeto es el que siento por estas mujeres, que con sus descarnados relatos, han dejado una huella difícil de borrar y donde especialmente la figura de Josefa Segret, ha contribuido aún más a que Dolores Valdés, abandone definitivamente el anonimato en el que estuvo durante casi ochenta años (no puedo aquí obviar agradecer a María Antonia Mateos por su libro “Mujeres socialistas en Asturias (1900-1937)” con múltiples referencias a Dolores, o a Mónica García por incluirla en su magnífico libro “Silenciadas pero no olvidadas, mujeres y represión franquista en Asturias”.
Josefa Segret o Doña Josefa tal y como Dolores a ella se refería, nació en Santiago de Compostela y no en Tui un 1 de enero de 1900 y falleció en Oleiros (Coruña) un 2 de septiembre de 1986, siendo enterrada en el cementerio de Cesantes-Redondela en una tumba sobre la que siempre se encuentra depositado un ramo de flores. De porte distinguido y alta elegancia, esta maestra gallega, sufrió la dura represión franquista y así en agosto de 1936, fue detenida y tras vivir unos acontecimientos dignos de un guion cinematográfico, pudo esquivar la pena de muerte, siéndole conmutada por cadena perpetua, con traslado al penal de Saturrarán y Palma de Mallorca, donde coincidiría con Dolores Valdés.
En 1982, publica un libro autobiográfico “Abajo las dictaduras” sobradamente conocido por los historiadores, a partir de los apuntes tomados en las diferentes prisiones y será un año más tarde, en concreto en abril de 1983, quizás con la intención de celebrar el 14 de abril, cuando será presentado a su gente en Redondela.
Su vida, así como los acontecimientos por ella relatados, han sido objeto de numerosos artículos relacionados con las presas republicanas y sus vivencias acontecidas en aquellas horribles cárceles repartidas a lo largo de toda la geografía española durante la dictadura de Franco.
La primera referencia que tuve sobre Josefa Segret, fue en los inicios del trabajo que dio lugar a la publicación de las memorias de mi bisabuela en el año 2020 “Memorias de mi paso por las cárceles de España (1937-1943)”, pudiendo ya observar la admiración, el respeto y el cariño que Dolores sentía por su querida Josefa. Como no podía ser de otra forma, mi trabajo me llevo a documentarme sobre esta maestra gallega y así pude leer el fenomenal artículo de Fernando Holgado, publicado en la revista “Memoria antifranquista del Baix Llobregat” (2007), donde espulgará un curioso texto fundamentalmente epistolar de entre la literatura memorialística existente en “Abajo las dictaduras” de Josefa Segret (sic).
Esta anotación referente a este texto epistolar, hizo aumentar aún más mi curiosidad por descubrir quién era Josefa Segret y la importancia que tenía en la vida de mi bisabuela, y así fruto de una serie de sucesos casuales, un agotado ejemplar de su libro, fue localizado en lo más profundo de un viejo almacén de un librero de Pontevedra, quien amablemente se comprometió a localizarlo y finalmente a enviármelo por correo.
Y fue para sorpresa de quien esto escribe, cuando la lectura del testimonio de Josefa, me hizo ver la profunda admiración, el respeto y el cariño que ambas se profesaban, ayudando con su testimonio, a que la figura de Dolores Valdés cobrara exponencialmente mayor protagonismo y donde la amistad entre ambas, había quedado eternamente sellada, sin fisura alguna y plenamente cargada de respeto y admiración.
Josefa con su estilo característico, describirá, las terribles torturas acontecidas en Saturrarán, torturas que Dolores denunciará ante el Juez Instructor de su segundo Consejo de Guerra, así consta en el expediente procesal y así quedará reflejado:
“…testigo experimental fue mi amiga Dolores Valdés (de Mieres-Asturias) que “navegó” milagrosamente durante más de media hora en el agua, que ya le llegaba al estómago estando encerrada en un calabozo del sótano por haber escrito lo que a la sedición militar se refería y juzgar a la perfección en hermosos versos la imperfección de la religión llevada a la práctica, con actos inhumanos, que con las reclusas las monjas hacían…”
Y serán también las múltiples cartas arriba mencionadas por Fernando Holgado, enviadas una vez recobrada su tan ansiada libertad, a su querida “hermana” Dolores, para tratar los temas de actualidad, como la Segunda Guerra Mundial, la decepción política en la que ambas se encontraban inmersas, o las diferentes confesiones de una u otra índole, las que dejarán patente su profunda e inquebrantable amistad, tras sobrevivir a tan duros momentos y donde como curiosidad se puede observar la utilización de un lenguaje codificado al objeto de salvar la censura existente.
Justo ahora, cuarenta años después de aquella presentación ante sus paisanos, el pasado 23 de abril, en Tomiño (Pontevedra), tuvo lugar otra presentación, no pudo ser como tenían preparado los organizadores en la “Casa dos Maestres de Forcadela” (lugar donde su marido y maestro Hipólito fue arrestado), a causa de esa agua que tanto riega nuestros verdes paisajes, pero si en un auditorio a rebosar de Goian. Allí una nueva reedición del libro “Abajo las dictaduras” traducido al gallego, fue presentado en un hermoso y emotivo acto, con la introducción por parte de la alcaldesa de Tomiño Sandra González y con la magnífica intervención de Marga do Val (prólogo), Natalia Jorge (autora del contexto histórico) y Manuel Forcadela (epilogo). Un acto lleno de sentimientos, con la asistencia de la familia que cuidó a última hora de Josefa, cargado de emociones y respeto a todas aquellas víctimas de la represión franquista, a esas valientes mujeres que sufrieron en sus carnes el rencor y el dolor de la guerra y en especial a Josefa Segret protagonista del homenaje y a su íntima amiga Dolores cuya referencia y agradecimiento durante el acto por parte de los autores, siempre quedará presente en mi memoria.
Gracias al Ayuntamiento de Tomiño, al frente, su alcaldesa Sandra González, por haberme invitado, por agradecer mi presencia y por hacer tan agradable nuestra estancia en ese rincón tan bonito de la vecina Galicia.
Especialmente a Natalia Jorge Pereira (licenciada en Historia e investigadora de la Universidad de Santiago) y a Marga do Val (escritora, crítica literaria, profesora, traductora y actriz española), por vuestros esfuerzos para contactar conmigo, por la ilusión que teníais para que finalmente pudiéramos conocernos, por vuestro recibimiento y el tiempo compartido y como no, por incluir a Dolores en esa hermosa reedición junto a su inseparable Josefa, pues con total seguridad, nunca hubiera podido imaginar que casi sesenta años después de su muerte, su figura quedaría eternamente ligada a la de su íntima y queridísima amiga.
Y finalmente a Concepción Paredes Naves, directora del Archivo Histórico de Asturias, por poner siempre a mi disposición esta gran institución tan importante para que estas memorias pudieran conocerse y por emplazarme y animarme para que algún día podamos hacer un homenaje a esta mierense y a su íntima amiga gallega, tal y como ambas se merecen, esta vez en Oviedo.
Más información:
La Nueva España 12/05/2023
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