Acerca de
Dolores Valdés Fernández, nació en Sobrovio, Valdecuna (Mieres) el 14 de noviembre de 1882 y falleció el 02 de febrero de 1967, hija de Isidoro Valdés y de Rosalía Fernández, nieta por línea paterna de Esteban Valdés y María García y por la materna de Manuel Fernández y de Pilar Valdés.
Casada según obra en el Registro Civil de Mieres, el día 15 de abril de 1901 con José Ramón Fernández.
D. Valdés en el centro de la imagen
Dolores Valdés
Dolores Valdés Fernández, nació en Sobrovio, Valdecuna (Mieres) el 14 de noviembre de 1882 y falleció el 02 de febrero de 1967, hija de Isidoro Valdés y de Rosalía Fernández, nieta por línea paterna de Esteban Valdés y María García y por la materna de Manuel Fernández y de Pilar Valdés.
Dedicada a las labores del hogar muy joven queda viuda, teniendo como única fuente de sustento una pequeña extensión de tierra que a modo de huerto poseía en el barrio de la Villa de Mieres.
A través de su insaciable pasión por la lectura, a pesar de no recibir instrucción alguna, lograría adquirir una amplitud de conocimientos que, unido a su ideario progresista, harían de Dolores una activa participante en la defensa de los derechos de la mujer.
Prueba de esta participación en la vida social de aquellos años, queda reflejado en el trabajo de María Antonia Mateos cuando señala:
“…meses más tarde, ya era por fin una mujer socialista asturiana, la compañera mierense Dolores Valdés Fernández, quien ofrecía en la Casa del Pueblo de Turón una conferencia feminista. El tema era “La mujer en el hogar y fuera del hogar” que fue seguida por una audiencia en la que había bastantes mujeres…”
Afiliada al Partido Socialista desde 1909, firme defensora de sus ideales y militante activa, son sus libretas manuscritas después de su regreso a casa desde la última prisión de Amorebieta, las que deja en herencia a mi abuela Florentina y que más tarde hereda mi madre Ana María, para que hoy puedan ver la luz y con una fuerza desgarradora, un espíritu burlón, una narrativa rica y una precisión en los detalles, resaltar la crueldad, los duros y descarados recuerdos que deja plasmados sobre el papel.
Su insumisión, su inconformismo, su desacato ante lo que ella interpreta como imposición de un adoctrinamiento ideológico por parte del nuevo Régimen, choca frontalmente con la reivindicación de una libertad de expresión violentamente anulada.
Será pues ese convencimiento y esa defensa a ultranza de la Republica, así como esa resistencia, frente a quienes a través de la fuerza habían conseguido derrocar un gobierno, lo que le acarrearía nefastas consecuencias.
Y fue para disgusto de Dolores, en su querido Mieres del Camino, donde todo comenzó y donde una simple discusión le hizo pagar un caro peaje que no dejará indiferente a nadie…
Dolores Valdés Fernández
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